Para Freud, dejar ir una relación implica el proceso de duelo, en el que es necesario trabajar y aceptar las emociones que surgen de la pérdida. Esto implica permitirse sentir el dolor, la tristeza y la ira, y luego ir procesándolas y resignificando la experiencia para poder avanzar.
Desde la perspectiva de Lacan, dejar ir una relación implica reconocer que el vínculo que se tenía con el otro no era necesariamente real, sino más bien una proyección de nuestros propios deseos y fantasías. En este sentido, se trata de desidentificarse de esa imagen del otro y trabajar en la construcción de una identidad y autonomía propias, para poder avanzar y encontrar nuevas relaciones.
Bruce Lipton plantea que dejar ir una relación implica cambiar las creencias y patrones emocionales que nos mantienen apegados a dicha relación. Según él, nuestras creencias subconscientes determinan nuestra realidad, por lo que es importante identificar y reprogramar las creencias limitantes que nos impiden avanzar. Esto implica trabajar en nuestra autoestima y en la confianza en nuestro propio poder y capacidad.
Fred Alan plantea que dejar ir una relación implica aprender a vivir en el presente y a construir un futuro sin estar apegado al pasado. Esto implica soltar todo resentimiento, rencores y expectativas, y centrarse en el aquí y ahora.
Nassim Harammein plantea que dejar ir una relación implica reconocer la interconexión de todo en el universo y que todo está en constante cambio, por lo que las relaciones están destinadas a transformarse. Dejar ir implica aceptar y fluir con esos cambios, y estar abierto a nuevas experiencias y conexiones ya sea con la pareja o con uno mismo.
Para Jung, dejar ir una relación implica trabajar en la integración y aceptación de las sombras y proyecciones propias que se manifestaban en la relación. Dejar ir implica reconocer y sanar esas partes de nosotros mismos que estaban reflejadas en el otro, y así poder avanzar hacia una mayor individuación y autonomía.
La propuesta de Jaime Mendiola dejar ir implica liberarse de los apegos emocionales y encontrar el equilibrio y la paz interior. Según él, es importante sanar la relación con uno mismo y reconectarse con la esencia y el propósito de vida, para poder avanzar y crear relaciones más sanas y enriquecedoras. El dejar ir siempre implica un acto de amor para no perderle el valor a:
La pareja
La relación
A uno mismo
Cuando una de las partes le ha perdido el valor a la relación, es mejor dejar ir para permitirse mantener la autoestima, el valor que le tenemos a la relación y el amor que le tenemos a la otra persona. Si bien hay momentos que si la otra persona está en una situación vulnerable y desea que la relación siga avanzando pero de momento no tiene los recursos, eso se habla y siempre hay forma de fortalecer a alguien que quiere seguir caminando con nosotros, de lo contrario, cargar un cadaver, llamado «relación muerta», solo causa desgaste y frustración.
Es más amoroso que si algo ya murió por descuido de alguna o ambas partes, enterrarlo, dejarlo ir y aún existe la posibilidad de que florezca algo hermoso sin perderle el valor y desgastarse.
Allí está la magia de dejar ir.
Yo soy Jaime Mendiola.
Bienvenidos al Principio de Conexión.
Me parece excelente lo que escribe Dr. Mendiola, es verdad hay que dejar ir pq a veces uno se aferra a continuar con algo que ya no existe.
Muchas gracias por tu comentario Lourdes, seguimos aprendiendo juntos. Un gusto leerte.